Sobre “La Directiva” de Lorena Giachino (por Mariela Malhue)

Mariela Malhue comparte con nosotros este texto a partir de "La Directiva", de Lorena Giachino. Documental, que a propósito de la elección de una nueva directiva para la federación de árbitros de fútbol amateur de Chile, aborda la precariedad en la desarticulación de organizaciones colectivas como metáfora de acción del poder.

Sobre “La Directiva” de Lorena Giachino (por Mariela Malhue)
El comienzo: plano general de una cancha de barrio. Acto seguido, el recorrido por una casa antigua. Piso de parquet, techo alto, fotos antiguas, algunos trofeos, verdeagua sobre las paredes. El sonido rebota tal como en un lugar vacío.  El espacio de esa casa habitado por hombres que deciden.
El tercer largometraje de Lorena Giachino, “La Directiva” (2017) trata sobre la elección de la nueva directiva para la Federación de Árbitros de Fútbol Amateur de Chile. Se muestra con claridad el descontento con el que se enfrenta los nuevos cargos a las paupérrimas condiciones materiales y organizativas preexistentes. Pero también cómo un grupo de hombres organiza, cree y revitaliza una estructura. 


En escena los hombres. Hombres de terno que se saludan. Sus voces tomadas por la velocidad del acento, la torpeza de sujetos al encontrarse con un cuerpo similar.
Giachino no está hablando de una organización, no está hablando del fútbol, tampoco está hablando de la masculinidad. La realizadora dirige la voz de lo precario para atravesar todos esos ejes. “La Directiva” es un documental sobre la fragilidad, en tanto impulso para movilizar hechos, para dar cuenta de lo nefasto, de “La inoperancia de nuestras autoridades, que se mueven por intereses personales y la de la falta de voluntad para recuperar las organizaciones colectivas en Chile”, en palabras de la realizadora. La falta, la falla, que moviliza la intención de mejora de una escena colectiva.
En su filmografía se encuentra “Reinalda del Carmen, mi mamá y yo” del 2006, y posterior a ella “El gran circo pobre de Timoteo” del 2013. Ambos documentales trabajan el registro de cierta anomalía. En “Reinalda del Carmen, mi mamá y yo”, luego de que la madre de la misma Giachino sufra un coma diabético y tenga como secuelas algunos episodios de amnesia, intentan -madre e hija- recordar y rastrear la ubicación de Reinalda del Carmen Pereira, detenida desaparecida en 1976, quien fuera además, la mejor amiga de juventud de la madre de Lorena. Entre los fragmentos de memoria, busca la reconstrucción material del trayecto y asentamiento del cuerpo de Reinalda.

 “El Gran Circo Pobre de Timoteo” trata del célebre circo Timoteo, que nace a fines de los años 80, cuya dinámica es la de los espectáculos de revista. Su particularidad se basa, además, en que sus números son interpretados travestis. En este filme se registra el desfase de un Chile que excede al espectáculo popular como es el circo. El énfasis está puesto por la realizadora entre la distancia entre las artistas y el entorno de un país hiperneoliberalizado. Muestra cómo cada show, con el pasar del tiempo, es una especie de agonía. O en palabras de Álvaro García Mateluna “la soledad del artista ante la muerte”.




“La Directiva” se ubica el registro de un paso fuera del deporte: el conflicto está en cómo dirigirlo. Quién puede mediar entre la justicia y la acción competitiva del cuerpo. La metáfora de cómo organizar lo colectivo, un barrio, una ciudad o un país.
La genialidad principal está en filmar en un solo espacio -las dependencias de la federación- sin ir al campo de juego. La directora evita la cancha. Se vuelve así en un filme que habla de la intemperie sin nunca tocarla; es capaz de asir esa belleza bizarra sin distraer al espectador ni mucho menos caer en ningún tipo de tedio. El impresionante testimonio de la vida íntima de un grupo de hombres, que construyen por sobre el obstáculo de una federación en abandono.
“Nadie quiere ser árbitro en este momento” expresa José Castro, una suerte de héroe a lo largo del documental, quien no sólo es elegido para estar a cargo de la nueva directiva, sino además cocina para cada miembro a cargo en cada reunión, limpia los espacios y arenga a la federación por medio de citas de filósofos a no perder el entusiasmo en levantar la empresa que se han propuesto.
Giachino captura la recreación sobre la que se monta una ficción de solemnidad, logrando un quiebre donde no hay lugar a la tragedia. Se narra en un ejercicio inédito cómo resistir a la ruina, llegando a cierta comicidad, de la cual es posible pensarla como gesto de resistencia. Estructura similar a Barthes refiriéndose al tour de Francia: “Los propios rivales se unen, cuando uno de ellos amenaza con abandonar. Porque, ¿de qué se trata en el Tour? De resistir. Resistir contra la ira, resistir contra el sufrimiento. Resistir, es decir, volver a empezar.”
El documental captura un fragmento de la vida privada de los hombres en un espacio planteado para ser público. Gira alrededor de uno de los mayores lugares colectivos, el fútbol, mostrado desde cierta apertura a la intimidad de un grupo de varones. Hombres chilenos, a quienes se les ha denegado la palabra y el afecto. De quienes aprendimos la torpeza e ineficiencia en la educación sentimental. En esa tosca tradición estética del deporte, se rearma y da un respiro desde la mirada de Giachino, quien vigoriza el entusiasmo inédito por recuperar una visión y una batalla por un espacio colectivo. Es la defensa de lo sencillo sin cargas romantizadoras, el retrato de un país cuyas partes no terminan por ponerse de acuerdo, pero que desde abajo, desde los invisibilizados pulsa una potencia vital imposible de interrumpir.


MARIELA MALHUE (Santiago, 1984). Licenciada en pedagogía con mención en castellano por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y egresada de psicología por la Universidad de Buenos Aires. En el 2010 publica su primer libro, Estancia y doméstica, por Libros del Perro Negro; el 2015 la plaquette Facciones de un trayecto, por Paisanita Editora (Buenos Aires), y en 2016 la plaquette online Diagramar una ruta para huir del invierno, por La Ubre Amarga (Cochabamba). Ha participado de las antologías Nunca nunca (Lingua Quiltra), Kumedun / Kumewirin. Antología poética de mujeres mapuches (siglos XX-XXI) (Lom) y Devenir isla. Hacia una cartografía de poetas cubanas y chilenas (Cinosargo). Actualmente prepara los libros Frontera pasaje y El libro de las renuncias.

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