KEWAKAFE: Daniela “Leona” Asenjo




Por Roxana Miranda Rupailaf


El viernes 22 de Marzo vimos triunfar una vez más a Daniela Asenjo. Ella ha triunfado varias veces dentro y fuera del Ring en un deporte mayoritariamente de hombres y en una sociedad que privilegia los triunfos masculinos por sobre los femeninos. 

Su defensa del  título latinoamericano no fue transmitido por ningún canal de televisión. TVN, el encargado de cubrir la jornada, sólo difundió por sus pantallas la pelea de fondo de Miguel Aguja González v/s Andrew Monoley, y un partido amistoso de la selección chilena contra México. Curiosamente el único triunfo de la noche lo obtuvo Daniela Asenjo. Demostrando a través de los puños que tenemos una campeona y es mujer. 

La “Leona” es campeona súper mosca latinoamericana de la AMB (Asociación Mundial de Boxeo) y después de su defensa de título contra la púgil trasandina Devora “Polvorita” Gómez pasó a ubicar el puesto Nº1 en el mismo ranking y el lugar Nº6 de la Federación Internacional de Boxeo (IBF), convirtiéndose en la principal retadora de la mexicana Maribel “Pantera” Ramírez. 

Daniela pretende este año ir el por título mundial. Hazaña que seguramente va a lograr, pues esta Pangui salida de la selva valdiviana tiene la estirpe de las mujeres que han  derrotado el orden patriarcal. 

En nuestro Wallmapu una pangui-leona es importante porque de ella heredaron los primeros mapuche la astucia y la sagacidad. El/La  pangui  está instalado en la conciencia mapuche como un animal cuya belleza interior contiene una fuerza protectora y un espíritu de sobrevivencia. Daniela algo sabe, algo intuye de todo esto. Algo de mapuche habita en ella, pues su territorio es el de las grandes tierras del sur. 

Las tejedoras de Chilwe dicen que uno es del color del paisaje y que existe una suerte de camuflaje animal con el entorno. Textura, color, formas de vestir y caminar se corresponden con el territorio. Daniela Asenjo es una boxeadora sureña, una leona fuerte y territorial. 

Entrenada en el rigor incesante del agua, entrenada en descifrar nubes, en correr contra el viento y embarrarse. Las lluvias valdivianas, la humedad, el frío, el viento que entra por las casas de madera, le enseñaron a Daniela el tesón y la fortaleza. 

“La Leona” se desarrolló en la música primero, pero el arte clásico es un privilegio de las élites y aunque sus padres hicieron un esfuerzo desmesurado al enviarla a  temprana edad a estudiar violín en el colegio Juan Sebastián Bach de Valdivia. No pudo por falta de recursos seguir desarrollando en este ámbito sus estudios. Sus referencias musicales en esta área son los italianos Antonio Vivaldi (1678-1741), Niccolo Paganini (1782-1840) y, más contemporáneo, el israelí Itzhak Perlman (1945-) 

Daniela toca el violín después de cada combate, la música la acompaña hasta el presente.

Buscó a partir de entonces, inspirada en las tardes de televisión con su abuelo, el arte de los pobres, que consiste en darle golpes al destino. Golpear la sombra del hambre, la triste cara del alcoholismo que habita en la felicidad momentánea. 

Demasiado mujer para triunfar comprendió que en este arte todo dependía de sí misma. 



La boxeadora comenzó a vencer obstáculos o, en sus propias palabras, a “noquear estereotipos y prejuicios”. Todos ellos relacionados con normas de conductas supuestamente femeninas que el boxeo no representaría: “Vas a quedar fea con los golpes”, “Todos los boxeadores terminan mal de la cabeza”, “Las mujeres no deberían pelear”, le decían. 

En su tercera disputa como profesional le correspondió viajar al Puelmapu- Neuquén. No tenía en ese momento ningún apodo, como sí lo tienen todos los boxeadores profesionales. Fue entonces cuando, al promotor y ex boxeador trasandino,  Bruno Godoy, después de observar su estilo de pelea frontal, se le ocurrió nombrarla como “La Leona”.

Fue este viaje, un viaje iniciático para nuestra campeona, cuyo retorno simbólico consistió en apropiarse de este apodo, que describirá a la larga su forma de combate y su modo de enfrentarse a la vida dentro y fuera del cuadrilátero. 


El arte consistía en desarrollar estrategias, técnicas de una violencia normada dentro del ring, porque lo que está fuera del ring también sucede que es violencia. Hacerse contra todo y contra todos, nombrarse. Construirse a sí misma de una nueva forma. Hacerse la identidad: Pangui/ Leona- Kewakafe/ Boxeadora. 



Roxana Miranda Rupailaf ( Osorno 1982) Ha publicado "Las Tentaciones de Eva" , Premio Príncipe concurso Luis Oyarzun. Región de Los Lagos (2003), "Seducción de los Venenos (Lom, 2008)," Shumpall " (Del Aire, 2011 /Pehuen, 2018), Kopuke Vilu (Pakarina, Lima 2017) y " Trewa ko" (Del Aire, 2018). El 2012 recibió el premio Municipal de Literatura de Santiago por "Shumpall". 

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