Cuatro esquinas





Buceando en gavetas, canastos y anaqueles de saldos apareció, de un golpe en la cara, Cuatro esquinas, foto álbum de Jorge Marzuca V., fotógrafo y realizador audiovisual chileno. En la portada un joven y aporreado Ram-c da cara a un registro de 32 fotografías de los show de GLL y de la vida privada/cotidiana de los luchadores de esa marca. 

No pude evitar ojear el libro a la rápida y pagar en un santiamén por el ejemplar, desconocido para mí en esos días. Con sorpresa vi algunas caras conocidas, buenos exponentes de la lucha libre chilena, otros no tanto, algunos vigentes, otros desaparecidos, todos héroes anónimos con los que te puedes cruzar una día cualquiera en el metro. 

En las primeras páginas extensos planos cotidianos nos muestran a Ram-c con su pareja envueltos en una sábana, o a luchadores saltando en una piscina, alimentando a sus hijos o esperando a un desconocido en una schopería. A doble página una postal familiar de una salida entre amigos: Broek, Bora, Ram-c, entre otros, todos parte de GLL. Una de las más notables fotografías retrata a un prospecto saltando en una suerte de mortal sobre colchonetas apiladas en el Estadio Víctor Jara (Estación Central), lugar de entrenamiento donde los jóvenes deportistas comparten espacio con otras marcas (antes FNL entrenaba ahí), otros deportes, y vagabundos que llegan en invierno por algo de comida y refugio. 



Las imágenes íntimas, familiares, se van mezclando con el entrenamiento hasta que el show se empieza a apoderar de las páginas. Se ve el dolor en los rostros de los deportistas, las huellas del entrenamiento, el sudor y el polvo de las colchonetas como protagonistas de la imagen. 

El ring está armado y la gente empieza a ocupar las butacas. Aunque hay varios asientos vacíos el grito del respetable llena el espacio. En el público reconocemos a un joven Dixel, Billy Rocka, Bundy y quizá cuánto más enmascarado que aun conserva el anonimato. Todos aplaudiendo a rabiar una movida que no vemos pero podemos imaginar por su espectacularidad. Caos sobre el ring, cabellos enredados, posturas de luchador, pecho y frente en alto. Inmortal a doble página. Luchadores esmirriados. Paul Slandering sangrando (cuánta sangre ha perdido ese hombre). 

Todo el registro te transporta a esas jornadas donde por segundos olvidas que estás en un gimnasio a mal traer y te dejas envolver (como en el teatro) por la peripecia. Entonces cierras el libro y te quedas con la sensación de haber dado con la punta del iceberg. Porque el montaje, luego sabes, será parte de otro proyecto, un documental homónimo del mismo realizador. 



Viendo el documental, centrado en la historia personal de Osvaldo (Fanny Cool), surgieron varias preguntas que Jorge Mazurca estuvo dispuesto a responder. La primera pregunta sería, ¿por qué la lucha libre?, ¿por qué GLL?:
- Llegué a GLL por internet, ellos fueron los primeros en responderme e invitarme a verlos luchar para conocerlos. Cuando estaba estudiando fotografía pensé en hacer mi tesis sobre un grupo de lucha libre. Me llamaba la atención el tema del disfraz, el personaje, la historia que hace que una persona cree un personaje de fantasía. Iba mas por ahí mi interés, pero a medida que los fui conociendo me di cuenta que lo que me interesaba más a mi y a ellos no era el tema de la máscara y el disfraz, sino la familia que encuentran en el deporte de la lucha libre. El factor común de todos era que suplían una carencia en esta nueva familia.  Finalmente no hice la tesis de fotografía con ellos porque me salió la oportunidad de trabajar con un grupo de refugiados palestinos e hice la tesis sobre ese tema. El 2010 estaba haciendo un curso de cine documental y me volví a poner en contacto con ellos e hice la película documental. El primer personaje que me llamó la atención fue Broek, no Fanny cool, Broek era el de personalidad mas extrovertida y le gustaba la cámara y que lo entrevistaran, pero me di cuenta que con Osvaldo, Fanny cool, podía lograr una historia más completa, más profunda en menor tiempo, que no quedara solo en el espectáculo, me transmitía más confianza y honestidad, creo que con broek, siendo él una persona super honesta y abierta, me hubiera costado más entrar en temas personales y profundos solo por temas de personalidades. Creo que la historia de Osvaldo se extrapola a la de los demás personajes y genera una empatía en ese sentido. 

Entre el documental y la película hay tres años de diferencia, ¿Qué te motivó a volver, en otro formato, a retratar a los luchadores?, ¿Qué supiste de Osvaldo?, ¿sigue luchando?

- Me interesaba seguir sabiendo que pasaba con este grupo, fue entretenido volver a estar en contacto con ellos y compartir nuevos aspectos de sus vidas: nuevos padres, ya no estaban en el colegio, habían muchos aspectos nuevos que tratar y eso me parecía atractivo para la historia. Quise trabajarlo después de 3 años desde la fotografía y no del video porque era mi idea original, no se dio hacer la tesis de fotografía con este grupo y finalmente los conocí cuando estaba haciendo un curso de cine documental y de ahí nació el trabajo en video. Después de 3 años me gané un proyecto Fondart en fotografía para hacer este trabajo. En las fotografías se puede ver la vida de más personas de GLL, los abarco más como grupo. Son distintos lenguajes, la fotografía y el video, y creo que ambos lenguajes tienen sus fortalezas y debilidades, me gusta como ambos trabajos se complementan y estoy conforme con ambos. Osvaldo ahora solo lucha esporádicamente, por temas de trabajo y vida familiar, ya no entrena todas las semanas ni lucha todos los fines de semana.

Un aspecto interesante de ambos proyectos es el tránsito entre la vida privada y la vida pública, del espectáculo, ese paso entre el hombre y el personaje. Aparte de Osvaldo, ¿te llamó la atención otra historia?

- Todas las historias me llamaban la atención, de hecho para el trabajo en fotografía hice entrevistas en audio de muchos de los integrantes de GLL. De todas maneras los que más me llamaban la atención eran Osvaldo, Broek, y Romario, que eran los más cercanos y tenían una relación casi de hermanos, pero creo que se podría hacer un documental de cada personaje fácilmente. Pero como mencionaba antes encontré que el hilo que los unía a todos era el de buscar una familia en la lucha libra, todos vienen de entornos vulnerables y de carencias, ya sean económicas o emocionales, que es lo que me interesa representar en ambos trabajos.

Para los interesados dejamos en el siguiente link el documental sobre "Fanny Cool" en Vimeo:




*Por Gastón Carrasco (Santiago 1988). Ha publicado El instante no es decisivo (2014), Viewmaster (2011/2016), La soledad del francotirador (2016) y Monstruos marinos (2017).


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