Dos poemas de Cristián Gómez Olivares
Por Cristián Gómez Olivares
IQUIQUE, MIL NOVECIENTOS
NOVENTA Y TRES
Cuando están con un par de copas en el cuerpo
los comandos de alta montaña
comentan que enterrados hasta la cintura
en la nieve de la cordillera de Los Andes
le gritaban a los argentinos que los iban
a pasar por el corvo y se bajaban los
pantalones y se la meneaban
delante de los cordobeses:
estábamos celebrando
la obtención de un cinturón
negro después de mucho
tiempo y entrenar: los que ahora no
tienen enemigos son expertos en defensa
personal y boxean durante
horas con el viento. Se les nota
cuando practican: no dan
tregua ni la piden
a pesar de que estamos festejando
levantan una copa para el brindis
como si fuera un cáliz con sangre
propia o ajena da lo mismo.
ONI GASHI MAS
Hoy, mientras estábamos entrenando,
un grupo de mujeres jóvenes, que iba
pasando por fuera del dojo (los ventanales
dejan ver con detalle las formaciones
y las técnicas que allí se practican)
se puso a reír de lo que estábamos
haciendo. Nos miraban volar por el aire
y aprender una caída sobria y concentrada
menos en el cemento de las aceras
que en el significado de las mismas.
En otro tiempo las hubiéramos
degollado sin discutir: pero continuamos
con la práctica, con el espectáculo
de gente tirada por el suelo
mientras un círculo los contempla
con sumisa incredulidad, a veces pasan
por afuera las sirenas de los carros policiales,
niños acompañados por sus mayores
y parejas que se divierten mientras el círculo
mantiene aun su cerco sobre aquellos
que parecieran estar peleando por su vida
y lo están. Un ventilador fijado al techo
preside semejante ceremonia. El nudo
que se ha formado al centro de la misma
podría resumirse en un verso que no exagere
la violencia de la escena, ni tampoco la justifique.
Esperemos simplemente que la describa
con la misma fidelidad que se profesan
los golpes entre sí: la madeja se desenreda
como una aliteración que va de una palabra
a otra, se refleja de espejo en espejo
pero no significa de sentido en sentido.
Oni gashi más: por favor enséñame.
Por favor, enséñame a enseñarte.
Cristián Gómez Olivares (Santiago, 1971). Poeta y traductor. Ha publicado, entre otros títulos, Inessa Armand (2003), Alfabeto para nadie (2008), La nieve es nuestra (2012, 2016) y Butterfly (2017). Fue miembro del IWP (International Writing Program) y escritor en residencia en el Banff Center for the Arts, en Alberta, Canadá. También publicó, junto a Mónica de la Torre, la antología Malditos latinos, malditos sudacas. Poesía hispanoamericana made in USA (2009). Es profesor de Literatura latinoamericana en Case Western Reserve University, en Cleveland, EE.UU.
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