Se juega o se juega: El partido de los valientes de Axel Pickett Lazo (Reseña, por Nicolás Meneses)
Son las clasificatorias al mundial de Alemania 74’ y la selección
chilena de fútbol pelea por un cupo. El sistema clasificatorio es totalmente
distinto al actual y después de pasar el cuadrangular sudamericano ganando a
los peruanos en un tercer duelo definitorio en campo neutral, el rival último
es nada más y nada menos que la URSS, así, con esas siglas. El partido se
programa para la última semana de septiembre de 1973 y allí comienza la
leyenda.
En El partido de los
valientes el periodista Axel Pickett intenta rearmar un duelo que está
entre los míticos del fútbol nacional, del cuál no existe ningún registro y sus
versiones son tan dispares como asistentes tuvo aquel encuentro.
En el prólogo a la segunda edición, Cristian Arcos afirma que el
libro de Pickett es y no es una crónica deportiva. La califica más bien como
una crónica de época: incluso, lo describe como uno de los mejores libros que
se han escrito sobre fútbol en Chile. Por otra parte, Nibaldo Mosciatti aplaude
que se trate de un libro que silencia al autor y deja hablar a los
protagonistas y las circunstancias, en contra de la moda del periodista
protagónico quien se exhibe como el que nos guiará a comprender las
circunstancias a través de su experiencia y brillantes observaciones.
Para quienes no hayan conocido el antiguo sistema de clasificación
a los mundiales, para quienes no tengan idea de las abismales diferencias mediáticas
y económicas que separan al fútbol de aquellos años con el actual, el libro es
una valiosa y atractiva excursión, un reportaje a fondo de las condiciones en
que se jugaba antes, con nombres de futbolistas todavía vigentes y reconocibles
como Elías Figueroa, Carlos Caszely, Francisco Valdés y Leonardo Véliz. Una
selección armada en base al Colo-Colo finalista de la Libertadores 1973, el DT
Luis Álamos y unos pocos jugadores que militaban en el extranjero, a quienes
había que convencer (casi rogando) junto con el presidente del club en el que
jugaban para poder convocarlos, como el caso de Elías Figueroa.
El libro se arma a partir de observaciones puntuales de Pickett,
los testimonios de los dirigentes y jugadores de la selección que disputaron
esas clasificatorias, más algunos futbolistas rusos. En él nos enteramos de las
mil piruetas que debían hacer los dirigentes para financiar los premios de la
selección, las giras eternas, las pésimas condiciones de viaje, las maratónicas
jornadas en el aeropuerto, la desinformación y la negligencia en el trato a los
jugadores que militaban en el extranjero (como el caso de Elías que tuvo que
improvisar para poder ubicar a la selección nacional en Europa). Todo eso
contrastado con el contexto político chileno, de donde los jugadores salieron a
duras penas, algunos pidiendo como requisito salvaguardar a su familia de las
detenciones que la dictadura comenzó a realizar a diestra y siniestra, por casi
cualquier motivo; esto sumado al uso político y mediático que se le quiso dar
al seleccionado y ese encuentro (jugar como síntoma de normalidad en el país,
ganarle al comunismo, demostrar el apoyo de La Junta a la selección chilena).
Todo hasta llegar a Moscú y enfrentarse a un país hermético, controlador y
hostil con el seleccionado, disputar un encuentro que terminó en empate a cero
y que, por las condiciones en que se jugó, se vivió como una victoria y el
regreso al país sumido en la larga noche de la dictadura.
La URSS se negó a viajar a disputar el partido de vuelta en Chile
aduciendo las condiciones políticas del país. Chile logró convencer a la FIFA
de la normalidad en Santiago, pese al estadio de sitio, encerrando en los
camarines a los presos políticos (pocas semanas después desalojarían el Estadio
Nacional y volvería a utilizarse para la fecha clasificatoria), convenciendo a
la institucionalidad del fútbol de llevar a cabo el encuentro. El enredo que se
armó fue tanto, que a última hora avisaron a los seleccionados de la decisión
de sus rivales, y para compensar la ausencia del equipo ruso, llevaron a Santos
de Brasil a jugar un amistoso con la selección. Luego viene el episodio más
bizarro, absurdo y jocoso que tenga el deporte nacional: los dirigentes, a
pesar de la automática victoria 2-0 por abandono que se le concedía, exigió a
los jugadores alinearse como en un partido normal, hacer correr el balón y
anotar en el arco contrario vacío, el llamado “Gol de Honor” como lo bautizó El
Mercurio en la época “Es el gol más estúpido que he visto en mi vida, la
tontera más grande”, critico Carlos Caszely, mientras que Francisco Fluxá, uno
de los dirigentes responsables, refuerza esa visión “Hicimos una estupidez,
hasta ahora me avergüenzo eso de haber hecho el gol de partida”.
El libro ratifica lo postulado por los prologuistas y queda como
un material valioso no solo de la memoria del fútbol chileno, si no como registro
de la herida nacional.
El partido de los valientes,
Axel Pickett Lazo
Cinco Ases, Crónica, 2015
(segunda edición)
+ Axel Pickett Lazo (Santiago
de Chile, 1967), periodista, magister en edición
y entrenador de básquetbol. Ha sido editor en radio Chilena, revistas Hoy y
Cosas, y en los diarios Las Últimas Noticias y La Tercera. Actualmente es
profesor en la Universidad Diego Portales y consultor en comunicaciones. Ha
publicado Corazones Rotos (2010), Leyenda hay una sola, la historia de Colo
Colo 73 (2010), Los apodos de la Roja,
con Danilo Díaz (2014) y Datos Albos,
con Fabián Valenzuela (2015).
+ Nicolás Meneses (Buin, 1992)Ha publicado el libro Camarote (Ediciones Balmaceda Arte Joven, 2015) y Panaderos (Hueders ,2018). Becario de la Fundación Neruda (2016) y del Fondo del Libro y la Lectura (2015, 2018). Ha ganado diversos concursos literarios, entre los que destaca el Premio Roberto Bolaño en cuento (2017). Escribe sobre poesía para diversas revistas digitales.
+ Nicolás Meneses (Buin, 1992)Ha publicado el libro Camarote (Ediciones Balmaceda Arte Joven, 2015) y Panaderos (Hueders ,2018). Becario de la Fundación Neruda (2016) y del Fondo del Libro y la Lectura (2015, 2018). Ha ganado diversos concursos literarios, entre los que destaca el Premio Roberto Bolaño en cuento (2017). Escribe sobre poesía para diversas revistas digitales.
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