Joaquín Gianuzzi: Sueño del nadador



Fundir los músculos con el agua, cruzando las capas de ese acero líquido, obedeciendo a los principios míticos del agua. Este poema de Joaquín Gianuzzi es un piquero de cabeza a una piscina donde el nadador no es más que la proyección del baile del agua que invade cada fibra del cuerpo, introduciéndonos a esa profundidad azul que no es más que la apnea del sueño.




SUEÑO DEL NADADOR


El nadador ha pulido
su artesanía de joven felino
para corresponder
a los principios míticos del agua.
La coreografía empieza desde un punto
aéreo, elastizado,
donde el filo del trampolín revela
la soledad de una energía
concentrada en suspenso y en el cielo.
El conjunto se afina hasta crear
una mínima carne liberada
de carga emocional. Ahora solo basta
el pulmón feliz. Suelta su amarra
la tensionada fibra, se desprende, salta
y en rápida parábola
entra como un cuchillo en un reinado lento.
El agua vibra al sol como estrellada.
Convertida en mujer
con un baile en su seno se incorpora
una segunda alegría. El huésped cae
y largamente se demora abajo
como probando
la impune gracia de permanecer
para siempre en la azul profundidad,
palpando sus opciones
y sus posibles sueños venideros.
Pero aquí vuelve, sacudiendo un resto
de ensoñación goteada
a su estado mortal, con paso herido,
al triste error, vacilando
entre rígidos objetos aplastados
y su cuadrado peso.

de Violín obligado (1984)


Joaquín Giannuzzi (1924 – 2004) nació en Buenos Aires . Publicó cinco libros de poemas. Su obra poética incluye los siguientes títulos: Nuestros días mortales (Ed. Sur, 1958) Contemporáneo del mundo (Americalee, 1963) Las condiciones de la época (Sudestada, 1968) Señales de una causa personal (Cuarto Poder, 1977) Principios de Incertidumbre (Ediciones O.B.H., 1981).

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